La labor de la persona orientadora es fundamental para el acompañamiento de jóvenes, menores de edad y personas adultas en momentos cruciales de sus vidas. Tal y como lo vivimos todos los días, nuestro trabajo abarca una amplia gama de funciones, desde el asesoramiento vocacional y la guía académica, hasta el apoyo emocional en situaciones difíciles, así como programas de desarrollo personal y profesional para mejorar la calidad de vida de todas y todos.
En el marco de la celebración del Día Nacional de la Persona Profesional en Orientación, el próximo 27 de abril, desde la Junta Directiva queremos hacer un llamado a la reflexión sobre el enorme valor que tiene la profesión, pues no hay duda que nuestro trabajo puede marcar la diferencia en el desarrollo integral de la sociedad.
La Orientación no se limita a la toma de decisiones académicas y profesionales, también promueve el crecimiento personal y emocional. Al proporcionar herramientas para enfrentar los desafíos de la vida, la Orientación ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, contribuyendo así a una población más saludable y resiliente.
Además, nuestra gestión impulsa el desarrollo económico al alinear a las personas con carreras y ocupaciones que se ajustan a sus habilidades y pasiones. Esto no solo beneficia a los individuos al encontrar un trabajo más satisfactorio, sino que también contribuye a un mercado laboral más productivo y dinámico.
Ya sea desde las aulas de los centros educativos en sus diferentes formatos, un consultorio privado, alguna organización o centros penitenciarios, ¡les invitamos a exhibir con orgullo nuestra profesión!
También a que seamos testimonio de inspiración para futuras generaciones y a continuar desempeñándose con la pasión y el compromiso de siempre.
Recordemos que podemos ser luz en la vida de muchas personas y que en conjunto, iluminamos mejor.