El 9 de diciembre de 1989, la Asamblea General de Las Naciones Unidas, proclamó el 15 de mayo como el Día Internacional de las Familias, esto con el objetivo de crear consciencia tanto del papel fundamental de las familias en la educación de sus hijas e hijos desde la primera infancia, como de las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para la niñez y la juventud, a partir del soporte que significa esta primera y gran institución social.
Como se puede apreciar en el reconocimiento de esta importante fecha, no se habla de la familia en singular, sino, que se explora y reconoce la gran diversidad que existe en torno al concepto y las múltiples formas de vida que le acompañan.
Es por ello, que resulta indispensable reflexionar sobre el papel de las familias, sobre el aporte a la construcción de la sociedad que se hace desde múltiples aristas, y de cómo la sociedad engrandece y decora las dinámicas familiares a partir de la interacción constante.
Cuando se habla de familias, se podrían reconocer aspectos como amor, genealogía, trascendencia, crecimiento y vida. También, familias es correspondiente a seres humanos, que viven, crecen y aportan a esta realidad que formamos todas y todos.
Es así, como desde el marco epistemológico en el que nos movemos las personas profesionales en Orientación, podemos reconocer que implícitamente, todas y todos quienes atendemos población estamos de manera constante trabajando con y para las familias, ya que detrás de cada persona que tenemos en frente, ya sea para una asesoría vocacional, una atención en crisis o un apoyo educativo, tenemos detrás –e incluso en frente- a todo un linaje familiar que se mueve desde la experiencia, la vivencia y la resiliencia.
Es por ello, que como profesionales en Orientación, y como seres humanos en constante crecimiento, hablar de familias significa que validamos las diferentes formas de vida, que reconocemos el amor y la experiencia como parte de nuestras intervenciones, y que sobre todo, favorecemos espacios que contribuyan y mejoren el desarrollo social.
“En el caso de las familias, el contexto de intercambio incluye su clase social, su etnicidad, la cultura que la enmarca en su particular escenario y la historia universal (…) todo sistema se compone de subsistemas, y estas unidades mantienen una relación dinámica organizada en la ejecución de funciones que son cruciales para la supervivencia de la sociedad” –Umbarger, C. (1986). Terapia Familia Estructural. Amorrortu editores.
Licda. Karen Álvarez Alvarado
Vocal 1, Junta Directiva Colegio de Profesionales en Orientación
Código 2103